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jueves, 28 de octubre de 2010

Exa...



DEL bello libro Canek del escritor yucateco Ermilo Abreu Gómez, presento estos fragmentos...


4

Ni Canek ni nadie sabe quién es ni de dónde viene Exa. Una mañana apareció correteando entre los cerditos. Tenía la cara llena de tizne y las manos sucias. Al mediodía se le vio acarrear agua para los bebederos del corral. Hasta esparció en ellos manojos de azahares. Sonreía. Por la tarde, como no tenía qué hacer en el campo, se sentó junto a las indias en la cocina y se puso a desgranar maíz. Llenó su delantal de granos amarillos, blancos, negros, morados y azules. Los levantaba entre los dedos y sonreía. Por la noche se acurrucó en un rincón de la despensa. Al día siguiente renovó sus tareas; correteó entre los cerditos, acarreó agua y desgranó maíz. Solo hubo una variante: comió una tortilla untada con manteca que le dio Guy.


34

Han pasado los días y ni Canek ni la tía Micaela saben quién es ni de dónde viene la niña Exa, pero ya la quieren como se quiere a esas tortolitas que llegan y, mansas, como manojos de brisa, se duermen entre la sombra de los árboles.


35

Guy dijo a Exa:

—Si no comes esa tortilla, no te llevo a donde están mis conejos.

—¿Cuántos son?

—Guy le mostró una mano. Exa empezó a comer, pero con disimulo, entre su falda guardó cinco pedazos.


36

Bajo la noche poblada de luceros, junto a los maizales, se han recostado, en silencio, Guy y Exa.

Canek sonreía sin mirarlos.


37

Guy quiso guardar entre sus manos los colores del iris que forma un cristal. En la sombra los colores desaparecían.

—Jacinto —dijo a Canek—, le prometí a Exa un regalo. Pero me parece que es un regalo imposible.

—Nada es imposible, niño Guy, cuando el corazón es limpio.

Guy volvió a mirar, bajo el sol, los colores del iris. Se quedó mirándolos con tanta emoción que sobre ellos cayeron sus lágrimas. Entre las manos de Guy quedaron prisioneros, lúcidos, los colores del iris y Exa tuvo su regalo.


38

Guy se limpió una lágrima; Canek preguntó:

—¿Exa?

Canek puso una mano sobre el pecho de Guy.

Guy dijo:

—Exa.

Y Exa se fue como vino: en manos del viento.

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Imagen creada por el autor de este blog.


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